Fecha y lugar de nacimiento: Huelva, el 1 de agosto de 1987
Años perteneciendo a la familia del PMD Aljaraque: 6 en total, 3 de
ellos como senior y otros 3 como benjamín y alevín.
Aficiones en tu tiempo libre: Esquiar y entretenerme con las nuevas
tecnologías o la videoconsola.
Un País para vivir: España
Un libro o película que recomendarías: Un libro, “El Alquimista” de
Paulo Coelho, y una película, “Me llaman Radio” de Michael Tollin.
Comida preferida: Guiso de patatas con carne de mi madre.
Mejor momento de la semana: Justo el momento en el que llego a casa
el viernes a mediodía.
Un jugador (actual o retro) y equipo al que sigas: Juan Carlos
Navarro y FC Barcelona, cómo no.
En cuanto a tu lesión, ¿cuál fue exactamente y hace cuánto tiempo?
La lesión se produjo en el año 2012 y el diagnóstico final fue una rotura total
en el ligamento cruzado anterior, una fractura en la cabeza tibial y un
desgarro parcial del menisco interno de mi pierna derecha.
¿Qué o quién te dio el último empujón para que te decidieras a pelear
por volver a las canchas? Lo primero que tengo que aclarar es que, después
de una recuperación larga y difícil, en ningún momento quise rendirme por
completo, aunque fueron varias las proposiciones por jugar que rechacé por
inseguridad, no sólo física, sino también mental. Sin embargo, me sentía en
deuda conmigo mismo, no podría perdonarme nunca irme con una sensación tan
amarga después de la cantidad de momentos maravillosos que he vivido botando un
balón de baloncesto. Un gran amigo, con sus consejos y apoyo, y mi pareja, que
apenas ha conocido mi faceta como jugador de baloncesto, fueron los que me llevaron
a calzarme las botas. Nunca podré olvidar la noche en la que, durante una
fiesta en uno de los bares del recinto colombino, mi novia se acercó a
susurrarle algo al oído a Dani García. No sé qué le diría, lo que sí sé es que
llegué allí sin equipo y salí como nuevo jugador del PMD Aljaraque. Siendo
honesto, en el fondo tenía la espinita clavada de no haber dado todo de mí
antes de la lesión, por lo tanto, un reto más.
¿Qué le dirías a un chaval que de repente se encuentra en su camino con
una lesión similar a la tuya? Le diría que, por desgracia, estas cosas
suceden a menudo cuando ocupas muchas horas a la semana en hacer deporte,
aunque no sea de forma profesional. Hay que tener mucha paciencia, disciplina y
compromiso para llegar a la meta, pero que con trabajo, se consigue. Es muy
importante rodearse de buenos profesionales que puedan ayudar de una manera más
eficaz. Y por último, que la recuperación de una lesión de esta magnitud no es
sólo cuestión física, es importante no descuidar tu estabilidad emocional y
controlar la mente para que no te juegue malas pasadas. A mí, a día de hoy, me
las sigue jugando.
¿Qué se siente al calzarse las botas nuevamente sabiendo que vas a
empezar de nuevo un entrenamiento con tu equipo? Nervios, por supuesto.
Pero es mayor la alegría de sentirse uno más del grupo, una sensación
revitalizante y que produce una motivación difícil de explicar. Aunque pueda
sonar paradójico, volver a esa rutina de entrenamientos junto con el resto de
tus compañeros es lo mejor que me puede ocurrir, significa que el fin está
cerca.
Comenta un poco tu trayectoria baloncestística, equipos, campeonatos,…
Empecé a jugar al baloncesto en el PMD Aljaraque siendo benjamín, y recuerdo
los entrenamientos con David en el colegio “El Puntal” de Bellavista. El primer
año de infantil, hasta el último de junior, jugué en el Club Baloncesto Ciudad
de Huelva. Durante esos 6 años fuimos a 5 Campeonatos de Andalucía, en los que
ganamos una medalla de bronce en infantil de segundo año contra los Maristas, y
una final contra el Unicaja de Málaga en cadete de segundo, que después de un
partido muy serio, perdimos, pero ganamos una medalla de plata valiosísima, y
que nos sirvió de pasaporte para ir a un Intersector. Ese año de cadete de
segundo fue una temporada muy completa e inolvidable, fui convocado, junto con
otro compañero más, para ir al Campeonato de España Junior que se celebró en
Sabadell en el que participaban equipos de renombre y con jugadores muy
conocidos hoy, como Rudy Fernández, Carlos Suárez, Miquel Feliú, Rodrigo San
Miguel o Fulgencio Casanova, que en ese año recibió el galardón al mejor
jugador nacional. Los dos años en juveniles dieron para otros dos Sectores pero
sin opción a la medalla. Cuando fui senior debuté en Primera División Andaluza
con el Club Baloncesto San Juan, con el conseguimos un ascenso a Primera
División Nacional. Posteriormente, me incorporé al PMD Aljaraque con el que nos
metimos en la liga de ascenso a liga EBA, y justo en ese momento, se
interrumpió mi carrera por culpa de la lesión. Y espero que esto no sea todo,
con lo joven que soy estoy seguro de que aún me quedan muchos logros más por
conseguir.
Paseando por tu trayectoria, ¿qué recuerdos guardas de manera más
especial? Por un lado, indudablemente, los desplazamientos o los viajes con
tus compañeros estaban llenos de buenos momentos, convivir las 24 horas suponía
hacer todo lo que no hacías cuando estabas en casa con tus padres, lo normal. Y
por el otro, uno de los momentos que guardo con más cariño eran los derbies
entre el Ciudad de Huelva y los Maristas, y mi caso era un tanto peculiar, ya
que estudiaba en Maristas pero jugaba en el Ciudad, al contrario de todo el
mundo. Ya os podéis imaginar cómo vivíamos la rivalidad hasta en las aulas.
¿Cómo te definirías como jugador? No tengo nada que haga que mi
juego sea especial o distinto al otro jugador que juegue en mi posición. Quizás
lo que más me caracteriza es que tengo un tren inferior trabajado y eso me ha
dado siempre un plus de explosividad para zafarme del rival. A la par, siempre
me ha gustado agachar el culo y defender, así como asumir responsabilidades en
momentos difíciles del partido.
¿Alguna canasta para ganar partido, de medio campo, en último
segundo,…? Afortunadamente, en el primer sector que disputamos siendo
infantiles de segundo año en el polideportivo “Carranque” (Málaga), nos
jugábamos el pase a cuartos contra San Fernando, y a falta de un minuto para el
final del partido estaba el marcador igualado y tuve en mis manos las dos
últimas posesiones, que aproveché para ejecutar la misma jugada: penetración
por el centro y parada en la línea del tiro libre. Las dos dentro. Con el
partido prácticamente ganado, Maxi Pedraza tenía dos tiros libres a falta de
pocos segundos, y sin arrugarse, anotó los dos. Lo que no sabíamos es que el
partido ya lo teníamos ganado, es decir, habíamos pasado a cuartos de final,
puesto que el otro equipo cometió una irregularidad que no recuerdo bien, y a
pesar de que fueron sancionados, el partido se jugó con toda “normalidad”.
Aunque esto no le resta mucho mérito a esas dos canastas, ¿no?
Máxima anotación que conseguiste en un partido. La mayor anotación
que recuerdo fue en un partido contra Círculo de Labradores de Sevilla en un
torneo en memoria de Toni Beltrán, cuando anoté 28 puntos en el que sería mi
pabellón talismán.
Nombra algunos jugadores que te han sorprendido con los que has
compartido vestuario o a los que te has enfrentado. En este sentido soy muy
localista, creo que en Huelva tenemos grandes jugadores, y quizás el mejor con
el que he jugado sea David Vizcaíno, y eso que lo cogí más “mayor” de la
cuenta, pero no dejo de reconocer que se le da bien todo, lo mismo te salta en
un mate que te enchufa un triple desde 8 metros. Otros como Gonzalo Ávila,
Antonio Rodríguez, David Moreno o Migue Mora no lo hacen nada mal, los
considero auténticos ganadores, por lo que a cualquiera les gustaría tenerlos
en su equipo.
Por último, este espacio es tuyo, comenta lo que quieras…
Simplemente agradecer a los entrenadores que me dieron muchos minutos y a los
que me dieron menos, porque gracias a ellos he aprendido todo lo que hoy sé,
con las distintas circunstancias, tanto favorables como adversas, que me han
permitido crecer baloncestísticamente hablando, y ser el jugador que soy.
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